domingo, enero 14, 2007

Los mamíferos marinos y la salud humana

En las últimas décadas se ha incrementado el interés público hacia los lobos marinos y las focas. Esto se refleja en el número cada vez mayor de ejemplares conservados en cautiverio, en la cantidad de trabajos de investigación realizados sobre estas especies y en el número de turistas que los visita en su hábitat natural. Lo anterior ha permitido un mejor entendimiento de su biología y de algunos aspectos médicos, pero también ha incrementado los riesgos de salud pública debido a que ha aumentado el contacto directo con los animales.


Muchas de las enfermadades infecciosas de los animales domésticos y silvestres pueden transmitirse a los humanos. Estas enfermedades se llaman "zoonóticas". Algunas, como la rabia, la cisticercosis y la fiebre de Malta, son conocidas por los médicos y por la población en general; sin embargo, existen infinidad de enfermedades zoonóticas que no son consideradas a la hora de establecer un diagnóstico, lo que puede resultar en complicaciones del cuadro clínico, tratamientos erróneos e, incluso, la muerte del paciente. Ejemplos de estas enfermedades son la leptospirosis, el dedo de foca y la brucelosis.


Los grupos humanos con mayor riesgo de contraer enfermedades de los pinnípedos son los pescadores ribereños, el público o los turistas que bucean o nadan muy cerca de los animales, así como los investigadores o manejadores que trabajan directamente con ellos.


El dedo de foca es originada por una bacteria que habita usualmente en la boca de los pinnípedos, por lo que se transmite fácilmente por una mordida. Si no es atendida oportunamente con los antibióticos apropiados, puede llegar a ocasionar una gangrena y requerir amputación del miembro afectado.


La leptospirosis es una enfermedad zoonótica que se presenta en muchos mamíferos. Desde 1970 se identificó en las poblaciones de lobos marinos de California y Oregon, en Estados Unidos. Recientemente se encontraron evidencias de la enfermedad en sangre y tejidos de lobos marinos.

Se transmite a través de secreciones corporales, como la orina, saliva y la sangre de los animales infectados, cuando llegan a tener contacto con alguna herida en la piel humana. Los síntomas y signos que ocasiona son variados: desde fiebre, problemas respiratorios y digestivos, insuficiencia renal y hepática, hemorragias en diversas partes del cuerpo y dolores musculares severos, hasta alteraciones neurológicas. Aunque no es difícil de diagnosticar, en muchas ocasiones suele confundirse con otras enfermedades, como dengue, fiebre tifoidea y hepatitis A o B.


La brucelosis, la enfermedad zoonótica más común en todo el mundo, es ocasionada por una bacteria que afecta a muchos animales. Recientemente se identificó la enfermedad en mamíferos marinos. En el humano se manifiesta con dolores severos en las articulaciones y los músculos, fiebre alta, dolor de cabeza, inflamación de los testículos, infertilidad en el hombre y abortos en la mujer. Se desconoce aún si los pinnípedos de México presentan la enfermedad, aunque existen ciertas evidencias de la presencia de la bacteria en la sangre de los lobos marinos del golfo de California.


Aunque el potencial de transmisión de enfermedades zoonóticas de los pinnípedos al humano no se determina todavía, se han reportado casos de leptospirosis, dedo de foca y algunas infecciones virales en humanos que tuvieron contacto estrecho con estos animales. Pero que no cunda el pánico: aunque no por estar cerca de un pinnípedo pueden transmitirse enfermedades hacia los humanos, es conveniente tomar precauciones como evitar nadar o bucear cerca de ellos en su hábitat natural; asegurar el estado de salud de los animales antes de nadar con ellos en cautiverio; buscar ayuda médica inmediatamente después de haber sufrido una mordida y utilizar guantes, anteojos y demás equipo de protección durante el manejo de los pinnípedos en vida silvestre. Además, es conveniente consultar a algún especialista en enfermedades zoonóticas si después de haber tenido contacto con un pinnípedo se padecen síntomas y signos inespecíficos con el fin de establecer el diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado.



ANISAKIOSIS Y ANISAKIDOSIS
La anisakiosis es una parasitosis humana del tracto digestivo causada por larvas de
nemátodos ascaroideos de la familia Anisakidae, parásitos de mamíferos marinos. El
hombre se infesta accidentalmente al comer peces marinos o cefalópodos (sepia, calamar), crudos o poco cocidos, que contienen la larva terciara (L3) del parásito. Dentro de los diversos géneros de esta familia, las larvas de los géneros Anisakis, Pseudoterranova, Contracaecum (=Thynascaris), son las que, con mas frecuencia, pueden producir patología en el hombre. En sentido estricto el término anisakiosis se refiere a la patología producida por Anisakis simplex mientras que el término anisakidosis se refiere a las enfermedades producidas por diferentes especies de la familia Anisakidae (A. simplex, Pseudoterranova decipiens y Contracaecum osculatum), si bien ambos términos conviven en la literatura de forma indistinta.

Los síntomas suelen aparecer a las pocas horas después de la ingesta de pescado
(12-48 h). La fase aguda se inicia en el momento en que las larvas penetran en la mucosa gástrica, apareciendo dolores epigástricos, acompañados de náuseas, vómitos, diarreas e incluso hemorragia digestiva alta.

El tratamiento de elección es la extracción de la larva por endoscopia o cirugía. Las
lesiones gastrointestinales se resuelven a las 2-3 semanas después de haber extraído el parásito. No existe un tratamiento antihelmíntico de eficacia probada.

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